viernes, 22 de noviembre de 2013

Aye-Aye


Los aye-ayes se encuentran en la isla de Madagascar. Puede que no parezcan primates, pero están emparentados con chimpancés, simios y humanos.

Los aye-ayes son de color negro o marrón oscuro, y se distinguen por su tupida cola, que es más larga que su cuerpo. También se caracterizan por tener ojos grandes, dedos finos y orejas sensibles de gran tamaño. Los aye-ayes tienen uñas puntiagudas en todos los dedos de pies y manos, menos en los dedos gordos prensiles de los pies, que le permiten colgarse de las ramas.

Los aye-ayes pasan su vida en los árboles de la selva tropical, y evitan bajar al suelo. Son nocturnos y durante el día se acurrucan en nidos con forma de bola que construyen con hojas y ramas. Los nidos tienen la apariencia de esferas cerradas con un único agujero de entrada, y están situados en las ramas de árboles grandes.

Apostado en las alturas, el aye-aye golpea los árboles con su largo tercer dedo y escucha el movimiento de las larvas de insectos que comen la madera debajo de la corteza. Con sus afilados dientes mueden la madera para hacer un agujero por el que meter su largo dedo y con su afilada uñas las extraen. También la utilizan para sacar la pulpa de cocos y otras frutas que complementan su dieta insectívora.

Muchos indígenas de Madagascar creen que el aye-aye trae malos augurios. Por este motivo, a menudo los han matado nada más verlos. Esta caza y la destrucción de su hábitat han puesto en grave peligro al aye-aye. En la actualidad están protegidos por la ley.

 

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