Este felino asiático, llamado así por su piel moteada, es
raramente visto en libertad y sus hábitos siguen siendo poco conocidos. El
leopardo nebuloso habita en distintos territorios de caza de Asia, desde
Indonesia hasta las laderas del Himalaya nepalí. Aunque se tiene poca
información sobre el tamaño de sus poblaciones, se le considera una especie
vulnerable.
La mayoría de los felinos son muy hábiles a la hora de
trepar, pero el leopardo nebuloso es casi insuperable. Es capaz de colgarse
cabeza abajo de ramas utilizando sus grandes zarpas y sus afiladas garras para
sujetarse a ellas. El leopardo nebuloso tiene patas cortas y poderosas sobre
tobillos que pueden girar, lo que le permite bajar de los árboles con la cabeza
por delante, casi igual que una ardilla. Gracias a su aguda vista puede
calcular las distancias, y utiliza su larga cola para mantener el equilibrio.
Aunque el leopardo nebuloso es un experto trepador, los
científicos creen que caza casi siempre en la superficie, donde encuentra sus
presas favoritas: venados, cerdos, monos y otros animales de menor tamaño, como
ardillas o pájaros. A la hora de cazar cuenta con la ayuda de los dientes
caninos más grandes (en proporción al tamaño del cuerpo) de todos los felinos
salvajes.
Los científicos no saben cómo actúa el leopardo nebuloso en
libertad. Se cree que son solitarios, al igual que la mayoría de los felinos.
Las hembras paren cada año camadas de entre uno y cinco cachorros cada año, que
dependen de ellas durante unos diez meses.
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